Lo que esta niña hizo antes de morir causó que todo un país llorara.

Era de madrugada, y mientras todos dormían la tierra se sacudió. Unos segundos bastaron para que todo cayera; la magnitud del terremoto fue de 6 grados en la escala Richter
y el centro de Italia se derrumbó. Hubo cientos de víctimas; llantos de
desesperación e impotencia se escuchaban por todas partes.
El aire estaba
contaminado, lo que hacía más difícil el trabajo de los rescatistas.
Trabajaban contra reloj y cada minuto era importante. Conforme pasaban
las horas se perdía la esperanza de encontrar sobrevivientes.
Habían pasado ya 16 horas desde la última réplica, Entonces encontraron el cuerpo sin vida de Giulia, de 10 años. Abrazada bajo de ella y aún con vida estaba su hermanita Giorgia, de apenas 4 años.
Los bomberos las
sacaron de los escombros y admiraron el inmenso amor que tuvo Giulia por
su hermana, al sacrificarse para salvarla. Después
de que los medios de comunicación dieron a conocer la historia de
Giulia todo Italia resultó conmovida, millones de personas salieron a la
calle a llorar por la muerte de este angelito y la valentía que
demostró al salvar a su hermanita.
El día del funeral un rescatista dejó sobre el ataúd una carta que decía:
"Hola, pequeña:
Sólo
di una mano para rescatarte de una prisión de escombros. Perdónanos por
haber llegado demasiado tarde. Ya habías dejado de respirar cuando te
encontramos, pero quiero que sepas que hicimos todo lo que pudimos para
sacarte de las ruinas.
Cuando
vuelva a mi casa en L'Aquila, sabré que hay un ángel que me mira desde
el cielo, y tú serás una estrella luminosa en la noche.
Adiós, Giulia.
Te amo aunque nunca me hayas conocido"
Es hermoso que entre tanto dolor que deja una catástrofe, surjan actos de amor tan grandes. Esta pequeña nos enseña que los milagros son posibles cuando hay bondad en nuestros corazones.
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